Cierro los ojos, busco el camino,
baldosas quebradas bajo mis pies.
Camino viejo, corroído,
muchas veces transitado.
Abro los ojos
miro, observo,
estoy parada sobre la única baldosa sana.
Mas allá del tosco camino,
donde los rayos del sol
comienzan a deslizarse entre los grotescos árboles...
la calma.
Árboles,
sus ramas ya no cuelgan amenazantes,
se mueven
al compás del viento
shhhhh... escucha...
risas, hamacándose a lo lejos.
Haciendo equilibrio estoy,
parada sobre la única baldosa sana del camino.
Cierro los ojos nuevamente...
y olvido.
2 caidas:
Hola, soy un árbol.
Es una poesía muy bonita, así es como empecé a limpiar mi dolor, escribiendo lo que sentía a través de las poesías, besines
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