Sí, todo cambia, la percepción del mundo cambia,
de un minuto a otro, de un segundo, cambia.
Y lloras, ya no quedan pañuelos en el cajón, y gritas, pero ya no en vano, y gritas, para sentirte la voz, y gritas porque estas viva y porque hoy el mundo se mueve por una tangible razón.
¡Parentesis!
Hace 16 años