viernes, 21 de octubre de 2011














Casa de barro, adoquines por piso y olor penetrante a humedad y vacío.
No quiero ser casa, no quiero guardarme.
Debajo de los adoquines hay pájaros queriendo volar,
puertas y ventanas cerradas.
No quiero ser pájaro golpeándome contra las paredes,
lastimado por no poder salir,
lastimado  por dejar entrar.
La casa no tiene techo, mis pájaros no lo saben, yo tampoco.