miércoles, 12 de enero de 2011

Con canela


Seguro se saborea mejor con un toque de miel, pero que complicado es todo cuando el mar hace de las suyas y deja sus residuos pegados en esos lugares inhóspitos de día y tan recorridos de noche, el mar, el mar y sus alimañas, el mar y sus mejillones, el mar y esos sucios pedacitos de agua viva.
Extraño internarme en la flora, en el ecosistema del lugar, flor que no tiene fin, tallo sin pie, iodofón.